Echeverias y las orugas de una mariposa verde (Callophrys xami) que se las comen.
Pinzones mexicanos de tonos amarillos (el más común es rojo, a estos les deben faltar carotenos) que vienen a comer semillitas de un ramillete que colgamos en la ventana. Llegan como 7:30 de la mañana, desayunamos justos pues.
Los amarantos que ya germinaron sobre la maceta larga frente a la puerta. Tendré que irlos cortando como quelites pues sembramos de más y una maceta tan pequeña no aguantará tantos.
Abejitas silvestres de vuelo errático y veloz que nunca lograré fotografíar.
Cactus varios en macetitas colgadas de la pared, que aguantan como campeones el sol implacable que pega a esa altura.
También es temporada de grillos y el musgo de algunas macetas ya se puso verde. Eso más todo lo vivo que mis ojos no ven.
Nuestro balcón, que también es el pasillo por el que llegamos a nuestra puerta. Un universo de 80 cm de ancho por unos cuantos metros de largo.
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