Llevo poco menos de cuatro años fuera de México. Formalmente hago mi doctorado en Inglaterra, pero he vivido en Suiza y ahora lo hago en España. Para cada país tuve que tramitar una visa. La primera fue el papeleo normal para una estudiante, las dos segundas el suplicio asociado a estar en una zona gris (no-europea financiada por México que ni sería estudiante ni trabajaría para la Universitè de Lausanne en Suiza o el CSIC en España). Además necesité otra visa para ir a un congreso en Canadá y hoy viene a Madrid renovar mi visa (de turista) para Estados Unidos.
Cinco visas en cuatro años, con sus respectivas (y a veces repetidas) visitas a las embajadas, formularios y fotografías tamaño pasaporte con fondo blanco. Cuatro años de hacerme de amigos que crecieron en latitudes, longitudes y culturas diferentes. Con la mayoría tengo en común la ciencia, con otros coincidí bajo el mismo techo o en el mismo círculo. Entre mis colegas de profesión hay quienes no dejaron su patria, pero al menos la mitad somos extranjeros; algunos son esquejes que enraízan en cualquier suelo, otros nos proclamamos aves de paso con sito de anidación conocido y unos tantos van un poco a la deriva de donde soplen los vientos académicos. Cuatro años en los que sin buscarlo he forjado vínculos que ahora, o pronto, la geografía estira hasta Inglaterra, Japón, Estados Unidos y Brasil.
En unos meses dejaré Europa para volver a México como siempre han sido mi plan y mi ánimo. Lo que no era mi plan era sentir tan cercanos algunos de los sitios donde he vivido. Una no es la misma después de haber hecho propios otros rincones de la Tierra. Volver es también dejar pedazos de una regados por el mundo, como amores imposibles en puertos lejanos.
Una ola de golondrinas alborota el cielo de este rincón soleado de Madrid. Desaparecerán en un instante, yo tomaré un avión e iré a terminar de escribir mi tesis. Qué absurdos son los visados. Cuánta verdad hay en el poema de Adrienne Rich:
Adrienne Rich Reads Prospective Immigrants Please Note from BillMoyers.com on Vimeo.
Y que, con toda mi falta de profesionalismo en la ciencia de la traducción, les dejo también en español:
Inmigrante potencial, toma nota
Cruzarás
o no cruzarás esta puerta
Si la cruzas
corres el riesgo
de recordar tu nombre
Las cosas te mirarán por partida doble
y deberás mirarlas de vuelta
y dejarlas suceder
Si no cruzas esta puerta
es posible
vivir con dignidad
mantener tu actitud
sostener tu posición
morir con valentía
pero mucho te cegará,
mucho te evadirá,
sabrá a qué precio
La puerta en sí misma no hace promesas.
Es sólo una puerta.
En el inglés original:
Prospective immigrant please note
Either you will
go through this door
or you will not go through.
If you go through
there is always the risk
of remembering your name.
Things look at you doubly
and you must look back
and let them happen.
If you do not go through
it is possible
to live worthily
to maintain your attitudes
to hold your position
to die bravely
but much will blind you,
much will evade you,
at what cost who knows?
The door itself makes no promises.
It is only a door.
1 comentario:
Como alguna vez me dijo un tío biólogo muy querido: nosotros los biólogos somos ciudadanos del mundo
:) bienvenida de vuelta, hay mucho qué hacer.
Un abrazo
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