Hacer
ciencia es difícil. En los últimos meses varias veces me cuestioné en forma
seria si vale la pena que una mujer cómo yo haga un doctorado en biología
evolutiva en una universidad del primer mundo. Me lo pregunté porque allá, del
otro lado del Atlántico, está la tierra volcánica donde nací, donde tenemos
serios problemas sociales y ambientales qué resolver y para los cuáles el tema
particular de mi doctorado no aportará respuestas directas. Las dudas se
desataron porque el clima político de México se encuentra por entrar a la
última fase del huracán que han sido las elecciones presidenciales. Las
noticias y el activismo me hacen pensar si no estaría mejor allá, viviendo esa
parte de nuestra historia. Durante algunas semanas me azoró el temor de haberme
equivocado, de pensar que hubiera sido mejor dedicarle mi esfuerzo a temas
sociales o económicos, siquiera a un área de la biología más aplicable a la relación
de los seres humanos con el resto de la biodiversidad del planeta. Suena a
tormenta personal en vaso de agua, lo es. Pero también es parte de los
existencialismos por los que muchos estudiantes de doctorado pasamos, y créanme:
un bache que no es trivial esquivar.
Sin
embargo ya voy aprendiendo. Sé bien que hacer ciencia no me deslinda, no nos
deslinda de ser ciudadanos y personas. La especialización no implica
desentendimiento de las otras realidades. Los sistemas se cambian no sólo
haciendo cosas distintas sino haciendo las mismas cosas de forma distinta. Los
problemas de la sociedad los arreglaremos siendo sociedad y siendo individuos,
no con héroes, divinidades ni magia. Necesitamos ciencia como necesitamos de
las otras profesiones creativas por las que la humanidad es maravillosa. Y luego,
entre ayer y hoy en particular, el entusiasmo por mi trabajo se encendió con
ese placer que llena de endorfina y que nos puede mantener contentos tras agotadoras
jornadas de trabajo. Tuvieron que ver dos cosas. Uno, ayer fueron los exámenes
profesionales de dos amigos, ahora un y una gran bióloga (muchas felicidades a
ambos). Su éxito inspira porque es compartir esta pasión que los biólogos
tenemos por admirar y estudiar la naturaleza, por superar las dificultades y la
frustración que el hacer ciencia pone en la vida diaria del campo, el
laboratorio y el análisis. El conocimiento es una forma de belleza y hacer
ciencia una forma de arte. Lo que hacemos es grandioso. Y dos, hoy mientras
leía un artículo se me ocurrió cómo (tal vez) analizar unos datos y me puse tan
contenta que convoqué a hacer una #VictoryDance en el cubículo. Producir datos,
generar ideas, resolver problemas y entender un poquito más de cómo funciona el
mundo natural llena los ánimos con una sensación que no sé describir. Me
imagino que lo mismo sentimos al aprender a caminar, que por eso dar brincos de
gusto no es una metáfora sino una descripción literal.
Ahora
el porqué del título de esta entrada: science is a human thing (la ciencia es
cosa de humanos) en respuesta al video de science is a girl thing (la ciencia
es cosa de chicas), financiado por la Comisión Europea y parte de una campaña
que pretende promocionar la participación de mujeres en la ciencia:
Estaba
yo en esta especie de éxtasis científico, feliz con mi reconciliación con la
filogeografía, cuando unos compañeros me llamaron a ver esta triste pifia. Sobra
intentar medir con palabras el tamaño de la indignación que me produjo verlo. Pocas
cosas más peligrosas que los idiotas con buenas intensiones.
Quise mostrarles
este video precedido de mi reflexión sobre el “qué hago haciendo ciencia”
porque creo me ayudará a subrayar aún más el absurdo de su mercadotecnia. Mil
veces he discutido con amigos y amigas esto de dedicarse a la ciencia.
Recientemente el tema de las pláticas ha estado en torno al dilema de sentir
que nuestra especialidad no contribuirá a arreglar los enormes problemas
sociales y ambientales de nuestro mundo. Pero nunca entorno a si la profesión
tiene suficiente glamour y maquillaje como para pensar dedicarse o no a esto. El
mundo está lleno de mujeres que queremos hacer ciencia no porque el Bromuro de
etidio combine con un lápiz labial carmesí (que sí) , sino porque se enlaza con
los ácidos nucleicos y brilla al ser expuesto a luz ultravioleta, propiedades
gracias a las cuales lo podemos utilizar para detectar el ADN mediante una
electroforesis, elemental técnica con la que empiezan muchos métodos que nos
permiten responder preguntas que van de cómo ocurre la evolución a cómo curar
el cáncer. En otras palabras el mundo está lleno de mujeres que queremos hacer
ciencia porque nos gusta cuestionarnos el universo y obtener respuestas.
El
video me parece sexista y estúpido y me alarma mucho que quienes tratan de
hacernos un favor entiendan tan mal de qué se trata el problema. Si lo hubiera
visto en otras circunstancias tal vez estaría cambiando mi dirección postal a
la casita que tengo en la calle del desconsuelo esquina con avenida
frustración. Pero el video me agarró en el buen humor que les comenté antes
y además los comentarios con los que fue
recibido por hombres y mujeres en Youtube, Facebook (https://www.facebook.com/sciencegirlthing)
y en tuiter (#scienciegirlthing) muestran que el mundo también está lleno de
gente pensante que entiende muy bien los motivos reales, el sistema, las
inercias históricas y el contexto social por los cuales hay aún un sesgo masculino en
la ciencia.
Ánimos
y a seguir trabajando que todavía hay mucho horizonte por caminar.
8 comentarios:
Me entusiasma mucho tu entrada sobre todo porque me recuerda al tema que actualmente me atañe en la maestría, la configuración y reconfiguración de las identidades nacionales (en mi caso, a través del arte). Y no en términos del fanatismo y la totalización que comúnmente el concepto de identidad nacional suele acarrear consigo, sino como alternativa de consolidación de la unidad desde la diversidad para hacer frente exitosamente a numerosos problemas tanto domésticos como globales a los que nos enfrentamos actualmente.
Yo creo Alice, que las decisiones de carácter individual como estudiar un programa de doctorado en otro país, no te convierten en una ciudadana menos interesada y por tanto lo menos participativa.
Las identidades nacionales, aquellas que mediante la afirmación del ¿qué somos? (el origen), y el ¿hacia dónde vamos? (la intención prospectiva), como fundamento de la construcción de un proyecto colectivo común que nos lleve hacia adelante como mexicanos, se construye a partir de un conjunto de auto percepciones. La identidad Alice, no se encuentra cosificada en los objetos (el huarache, el sombrero, el reboso), su soporte es justamente el ser humano mismo.
En este sentido, mientras más nutras tus aspiraciones, mientras más apuestes al enriquecimiento de tu auto percepción y auto realización, a la conciencia que de ti misma tienes, tendrás más tablas para generar en tu México lindo y querido, desde tu trinchera, la ciencia, las transformaciones que éste necesita.
Un abrazo.
Adriana.
Hola,
Me llamo Rosario... Charo, me dicen.
Fui a parar con tu blog hace unos meses mientras buscaba imágenes de la "mosca esa" que parasita seres humanos, ahora sé Dermatobia Hominis... fue entonces que di con la historia de Paquito y la seguí toda, no me queda más que decirte que me pareció fascinante. Y pues nada, escribo porque quiero saber si puedes ayudarme con algunos asuntos existenciales que me atormentan últimamente (me he animado a escribir debido al tono, también existencialista, de tu último post). Te platico un poco... soy músico de profesión, flautista transversal y me dedico también al canto lírico (aquél que se emplea para cantar ópera), actualmente dirijo un coro de niños que forma parte de un proyecto nacional que tiene como finalidad integrar a chavos de comunidades marginadas, mediante prácticas orquestales y corales... he sido profesora desde que me gradué, dirigiendo coros, y últimamente me llamó mucho el asunto de la educación musical, ya que como tú, sentía una necesidad tremenda de contribuir a generar cambios sociales, cambios que ni remotamente puedo hacer desde la escena con todo y vestido de lentejuelas, y creí -ingenuamente- que la educación musical era la manera de hacerlo, así que comencé a investigar, apliqué a la maestría en la ENM (Escuela Nacional de Música de la UNAM) con un proyecto sobre la necesidad de reestructurar los sistemas educativos de la educación musical superior, con el objetivo de que las carreras sean más inclusivas y por tanto, más aplicables a una sociedad cuyo principal lastre ha sido siempre medirse bajo el ojo extranjero. El viernes publicaron los resultados, no me aceptaron. Después de la lloriqueada y dos paletas heladas de chocolate, me empezó a dar vueltas en la cabeza una idea que no hace mucho (desde que di con la historia de Paquito) ya me rondaba: estudiar Biología. Ojo, y no es despecho, es sólo que la música, el arte, lo social, empieza a dejar de generarme respuestas, todo es tan relativo, tan vago, tan incierto... Sobre la ciencia, nunca antes lo había visto con tanta claridad, ahora todo tiene sentido: mi capacidad de sorprenderme con todo aquello que tenga que ver con la adaptabilidad de los seres vivos, mi tremendo disgusto hacia la explotación de recursos y daños ambientales, así como el abuso hacia los animales, mis mil y un fotografías de nubes, hojas, narices de perros y charcos de lodo... los largos y más largos momentos observando hormigas. La decisión está hecha, he empezado a investigar sobre las guías de estudio, y aplicaré a la UNAM... pero muchas dudas noquean mi cabeza, y es por eso que recurro a ti. ¿Y si me equivoco? ¿Y si en verdad no tengo nada que hacer aquí? Con 26 años, ¿no crees que es demasiado tarde para incursionar en la ciencia? ¿qué tan cierto es aquello de que entre más mayor es uno hay menos oportunidades para becas de investigación? UNAM y ¿qué otras universidades? ¿qué pasa con las especialidades? ¿qué aborda cada una? Ojalá puedas ayudarme... pasa que desde el viernes todo lo veo más verde, más húmedo, más vivo que nunca... y sí, no he parado de sonreír.
-Charo
Estimadas dos,
Gracias por sus comentarios. Un gusto compartir reflexiones y una disculpa por la tardanza en responder. Merecía darle su tiempo y luego me ganó el apremio de los pendientes y el ansia de las elecciones. Pero aquí estoy.
Adriana, coincido por completo contigo.
Se trata de construir desde nuestras propias trincheras. Lo cuál no quiere decir que se trate entonces de una pelea solitaria. Más bien quiero creer que es abordar el problema desde varios campos al mismo tiempo, esfuerzos en puntos distintos que al final terminan por tirar hacia el mismo rumbo. Es cuestión de apuntarlos bien, tampoco perder de todo el suelo, sí se necesita cierta cohesión. Los problemas de nuestra sociedad son tan bastos y están tan arraigados en raíces complejas que la solución tiene que ser igual de basta y atacar esas mismas raíces. Trato de pensar en el largo plazo.
Sobre lo que dices de la identidad, no te preocupes, no la entiendo como objetos sino como arraigos y pasiones, patriotismo del que te hace enamorarte de los volcanes y no del que causa odio entre naciones.
Charo, gracias de nuevo por tu comentario y por tu entusiasmo. Mi respuesta creo va en el mismo calibre de lo que discuto con Tigrika. Creo entender cómo te sientes. A mi también me apremia pensar que he errado el camino, o cuando menos que no elegí el mejor, que no es lo mismo, pues varios pueden llevar al mismo destino pero a veces se siente que unos llegan de manera más efectiva que otros. Temo mucho haberme equivocado, me pregunto si no debería haberme enfocado en una rama de la biología más práctica, en el colmo de los debrayes hasta me he preguntado si no debería haber estudiado ciencias de la computación.
No puedo decirte qué hacer pues son tus propias decisiones. Lo que sí me atrevo a compartirte es que no considero que haya una profesión que brinde todas las soluciones. Yo creo que necesitamos tantos biólogos como músicos. Cuando yo era joven (ja) creía que la biología era, LA biología, pero encontré, en cambio, que es basta y diversa como la vida misma. Uno nunca termina de escoger, no se trata de un pino con un fuste claro que llega a la copa, sino de un árbol tropical que se ramifica en todas direcciones y al que le crecen enredaderas y lianas que lo vinculan con otros árboles. Al final el entretejido forma más bien una pared, la selva desde la distancia parece una sola manta. Es una chingonería, pero también frusta, porque es inabarcable, porque una quisiera respuestas más francas, una estrategia concisa. Una solución única que no hay. Por eso no sé que decirte. Ya sé: que si quieres estudiar biología lo hagas, porque es un gozo y más en la UNAM, pero que si lo haces que sea por el gusto de entender el mundo vivo desde los ojos de la ciencia, que sea porque quieres unirte a los esfuerzos de protección del medio ambiente desde la biología de la conservación… que no pienses que la biología es la respuesta que la música no es, porque, yo creo, ambas son válidas y ambas son fuertes. No es sólo el qué haces sino también el cómo lo haces. No hay una solución única, no necesitamos héroes, o al menos no sólo héroes, sino una lenta reconstrucción de base, desde la ciencia, desde el arte y desde tantas otras profesiones.
En resumen haz lo que puedas hacer por más tiempo y más contenta. Para lo que seas buena. Piensa cuánta vida nos falta, que fácil puede ser caer en la desesperación o el hartazgo. Escoge lo que te rinda mejor para pensar en largo plazo, en impulsar pasos. Pon en la mira las convicciones y las ganas que nos compartiste hace rato y no las pierdas de vista.
Hola!
Así como Charo, llegué a tu blog por Paco. En mi caso, yo no lo busqué. Un amigo ha sido premiado con la presencia de un pariente de Paco en su espalda. Se ha estado torturando con videos de youtube y webs sobre las infecciones a las heridas que deja este parásito y mil cosas más, entre las cuales encontró tu blog y me lo envió sabiendo que por mi condición de bióloga podría empatizar con tu historia. Y en efecto, me quedé pegada, la seguí hasta el final (casi lagrimeante cuando pensaba que Paquito habia muerto), y luego leí algunos posts de los más recientes. Solo me queda felicitarte y espero seguir leyéndote pronto con más reflexiones. Que te vaya muy bien en tu doctorado. Espero el próximo año seguirte los pasos cruzando el atlántico para una maestría. Un abrazo colega :)
Alicia! Caray! Perdón que conteste hasta ahora, nunca reviso el gmail y es ahí donde me llegan las notificaciones de las respuestas en blogs.... Estuve revisando unos días después pero como noté que no contestabas pensé que ya no lo harías. G R A C I A S. Hace poco estuve en Grecia (fue mi primera vez del otro lado del charco XD), fui a una convención de la asociación internacional de educación musical, y pues digamos que me sirvió para reinventarme un poco, en esto de la música, como para seguir luchando unos años más, a menos que nada suceda, y entonces sí, a la Biología se ha dicho. Vaya que estoy algo asqueada, ¿notas que escribí música con minúscula?... ja... cuando antes era la Música...
En fin, enhorabuena por tu participación en Más Ciencia por México, seguiré el blog, está de lo más bueno...
¿Qué crees? Hoy por la mañana me encontré con una lagartija de lo más chula, investigando dí con que es una sceloporus torquatus, no le pude tomar foto pues cuando regresé con la cámara ya no estaba.. el caso es que parece un dinosaurito, con escamas y un collar negro con amarillo... Estoy preocupada, espero que sea muy ágil, porque Silvio, uno de mis perros, es un cazador innato y acaba con todo lo que se mueve. La he llamado Bonifacia, a la lagartija, espero nos acompañe mucho tiempo más.
Un abrazo fuerte y gracias otra vez.
Hola Charo,
No hay de qué. Me da gusto leer que la música y tú sigan queriéndose. Ya lo dije antes. Hay que seguirle dando a la vida y al esfuerzo. Cualquier cosa aquí estoy, mantengamos el contacto. Mi correo es en gmail e igual que la dirección de este blog.
Karla, perdona que nunca respondí. El tiempo se me escurre en horas de luz y oscuridad que son días, semanas y luego meses. Suerte con tu maestría.
Hola Ticatla
Quizás leas ésto meses después, así como yo veo este hermoso blog tuyo bastante tiempo después de publicado.
Te cuento que yo me torturé bastante tiempo con esa idea en forma de pregunta "¿Como contribuyo a los problemas del mundo con lo que hago?" y reflexionar sobre ésto me llevó a descubrir tres cosas:
-La primera es que no importa que carrera sigas: biología, informática, música, o un enorme etcétera; todas están llenas de una inmensa y tal vez hasta infinita teoría, que es difícil llevar a la práctica. Lo importante entonces no es profundizar tanto en esa teoría, sino hacer la segunda cosa que descubrí.
-La segunda cosa que descubrí, es que la mejor forma de hacer patria, o más bien hacer ciencia, es crear tu propia causa. Como bióloga quizás tenías la intención de salvar el planeta (según deduzco), pues tu nivel académico daría buen peso y credibilidad a tu propia causa (en caso de ser ésta que mencioné), y bien podrías aportar, por ejemplo, a asesorar a quienes siembran árboles intentando reforestar, pero son sembradores que con frecuencia equivocan la especie de árbol a sembrar, y con todo y sus buenas intenciones terminan plantando más problemas ambientales al planeta, invadiendo los bosques y selvas con especies desconocidas al ecosistema. Lo que también me lleva a la tercera cosa que descubrí.
-Y la tercera cosa que descubrí al reflexionar, es que es útil y extremadamente necesario, hacer entender a la gente promedio la ciencia que estudias, para objetivos prácticos. ¿Que quiero decir con éso? pues que en la gente promedio (y conste que todos caemos en el promedio a menos que aprendiéramos todas las ciencias existentes)tenemos una gran necesidad de entender para no errar, pues los errores, como el que mencioné de los árboles, tienen un gran costo para el planeta en que vivimos, de modo que la creación por parte de profesionales, de explicaciones fáciles de entender para la gente promedio, es una misión que todo profesional debería asumir para hacer de éste un mundo mejor. Tu blog tiene ya unos pasos hacia éste objetivo, como ves varios damos con él gracias a la vida de Paquito, y la manera en que lo explicas es generosa con quienes no somos ni un poquito biólogos, y hasta hiciste de éste un mundo mejor enseñándonos a remover de una forma muy práctica la Dermatobia Hominis de nuestra piel.
Para el tercer punto tengo una frase célebre: "Uno no ha entendido realmente algo hasta que no es capaz de explicárselo a su abuela" Albert Einstein.
Bueno, si haces caso a éstos pequeños consejos, se que algún día volveré a escuchar de ti, no en los blogs, sino en los periódicos.
Saludos y éxitos en todo lo que emprendas.
Gracias por escribir Saul. Tus palabras llegan mucho después de la publicación de esa entrada, pero llegan atinadas y se agradecen siempre. Gracias por compartirme tus descubrimientos, resumen bien el proceso por el que yo también he pasado y que en buena medida creo compartir contigo y con muchos. Lo único que agregaría es que las cosas no se arreglarán ni se harán bien sólo porque la gente esté informada, hay veces que tropelías gigantes se cometen a sabiendas por la presión de intereses políticos y económicos. Ante ese tipo de situaciones, creo yo, hay que actuar más allá de la divulgación y defender el punto. Pero bueno, esa ya es otra historia.
Saludos.
Publicar un comentario